10 sept 2012


CULTURA / ESPECTACULOS › EL DIRECTOR ALDO PRICCO PONE EN ESCENA "NUNCA ESTUVISTE TAN ADORABLE", DE JAVIER DAULTE.

Radiografía de la bendita clase media

En esta obra el autor lleva a escena su propia novela familiar con el amor y el humor que una familia se merece, creando personajes que se refugian en el mundo exterior. Conflictos que invitan a reflexionar sobre la clase media argentina.

 Por Julio Cejas
"Parece que me persiguiera el tema de la familia", dijo a Rosario/12 el director Aldo Pricco con motivo del estreno de su versión de "Nunca estuviste tan adorable"; obra del reconocido dramaturgo, guionista y director Javier Daulte. Inscripta dentro del renombrado Proyecto "Biodrama", esta propuesta fue estrenada por el propio autor en el 2004 obteniendo una notable respuesta del público y la crítica porteña. Esta persecución temática a la que alude Pricco, se inicia con "Telarañas" de Pavlovsky allá por 1989, pasando por "De los distintos modos de..." (2000﷓2001) hasta "La tragedia argentina" de Dalmaroni, trabajo estrenado el año pasado por Prico y que se reestrenó en esta temporada, completan una producción donde la familia ocupa el centro de la escena.
"Eso es lo que me interesa, el tema de la familia disfuncional, la cuestión trágica o como plataforma de lectura. No sólo de lo familiar en sí sino hasta de lo político o social. De los grandes imaginarios de las relaciones humanas, la familia como especie de crisol para visualizar estas relaciones, aparecen de nuevo en este trabajo", dice el creador del grupo La Caterva.
Como ocurrió con su anterior espectáculo, Pricco vuelve a tomar la responsabilidad de este trabajo "por encargo" de, en esta oportunidad, otro notable maestro de actores con quien comparten hace años trabajos conjuntos: El director y pedagogo teatral Jorge Eines. "La base de este grupo actoral, es parte de una herencia de Jorge, esta gente formó parte de sus Seminarios de actuación durante dos años seguidos. Ellos querían hacer una obra con él y ante la falta de tiempo, Eines les sugiere que trabajen con alguien que esté cerca de sus criterios técnicos y teóricos y allí es donde aparezco yo, uniéndome con mucho gusto a compañeros que ya trabajaron antes conmigo", comentó Pricco.
Nombres emblemáticos del teatro local como Mónica Alfonso, Mirta Maurizi y Juan Carlos Capello, comparten escena con Juan Pablo Cabral,
Puli Rainero, Leandro Urrere y Fabiola Pavetto, un elenco que determinó la elección de la obra de Daulte.
"Nos interesó la propuesta por el tipo de personajes, elegimos la obra en base a las actrices y a los actores que integraban el grupo. Es el caso de Mónica Alfonso que vuelve después de muchos años de ser reconocida a partir de sus unipersonales, encontramos en este material de Daulte un buen pretexto para desplegar cuestiones técnicas que se recorrieron en el seminario y a la vez encontramos una historia que se corría un poco de las disfuncionalidades de las familias a las que uno está acostumbrado a ver", explica el director.
Javier Daulte a quién el público rosarino conoce entre otras producciones, por sus notables trabajos de dirección en obras como "Baraka" de María Goos y "Un Dios Salvaje" de Yasmina Reza, o a partir de su trabajo como guionista de reconocidas series televisivas ("Para vestir santos", 2010, Canal 13); es actualmente uno de los dramaturgos de mayor peso a nivel nacional ("Criminal", "La Escala Humana", "Bésame Mucho", "4D Optico", "¿Estás ahí?", "Automáticos", "La Felicidad", "Cómo es posible que te quiera tanto", "Caperucita").
En "Nunca estuviste tan adorable", Daulte lleva a escena su propia novela familiar con el amor y el humor que una familia se merece, creando personajes que se refugian en el mundo exterior. Se trata, según sus responsables, de una obra de entretejidos familiares. Conflictos que nos invitarán a reflexionar sobre la idiosincrasia de la clase media argentina.
"Con este material pensamos llegar a la mayor cantidad de gente posible, no queremos que sea una obra sólo para entendidos o teatreros, tratamos de ampliar el rango de espectadores, que puedan disfrutar una experiencia teatral en el sentido estético, el público encontrará muchos elementos de identificación, este dramaturgo ha sabido captar muy bien el imaginario social y el habla de la clase media", dice Pricco.
Completan el equipo técnico de esta producción, el talentoso realizador rosarino Hugo Salguero de reciente reaparición en la escena local ("Canillita"), convocado nuevamente para la realización del vestuario y la escenografía. La actriz Lucrecia Moras en asistencia de dirección y Soledad Otero en Prensa y Difusión.
"Si bien los orígenes del texto que trabajamos se remontan al denominado `biodrama', nuestra propuesta persigue, mediante el soporte primordialmente actoral, acercar al espectador una serie de situaciones familiares entrañables, capaces de ofrecer modelos de identificación posibles más allá de los relatos personales del dramaturgo", agrega el director.
En esta versión la puesta en escena, despojada y sugerente de un departamento de clase media argentina de finales de las décadas de los '50 y '60, pretende ﷓según Pricco﷓ apoyar algo que el elenco considera relevante: El juego de interacciones humanas que acontece alrededor de la figura convocante de un personaje﷓eje a quien el título de la obra se refiere".




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RADIO UNIVERSIDAD-CRITICA FEDE AICARDI


16 agosto 2012

 

Nunca estuviste tan adorable


Por Federico Aicardi

La familia es una obsesión que dura toda la vida, es eso de lo que renegamos y a lo que volvemos constantemente cuando todo pierde sentido. Tiene distintas formas, las hay más tradicionales, las hay menos, las hay adoptivas, las hay políticas pero todos tienen una, viva o muerta. Entender a la familia es entenderse a uno y que uno es un pequeño eslabón en una familia que lo precede y lo sucederá, es un granito de sal en un salero de quinientos metros de diámetro. Porque la familia no es el apellido, es ese conjunto de gente que formó a nuestros formadores, que educó a quienes nos educaron, es raíz con millones de ramificaciones. Es la historia del ser humano relatada por abuelos, tíos, primos, hermanos. Es un todo complejo que se simplifica con el sólo hecho de compararlo con otro. Todas las familias son iguales y son disímiles. 
Nunca estuviste tan adorable, biodrama de Javier Daulte que se estrenó el pasado viernes 10 en el Teatro Municipal la Comedia dirigida por Aldo Pricco y protagonizada por Mónica Alfonso, Mirta Maurizi, Juan Carlos Capello, Puli Rainero, Fabiola Pavetto, Leandro Urrere y Juan Pablo Cabral, es un espejo de todas las familias centradas en esta. 
La obra, armada en dos actos que reflejan dos décadas diferentes, nos permite espiar el un pedazo de historia de una familia que gira alrededor de Blanca (Alfonso) que es centro de todas las decisiones de la casa, su marido se arrastra del trabajo a su cama y de su cama al taller, sus hijos tienen como único norte el progreso económico y la perpetuidad de la especie (continuar con la familia) y su vecina hace usufructo del teléfono de Blanca para arreglar sus problemas familiares. Todo parece perfecto, todo está en equilibrio hasta que no lo esté.



La llegada del pretendiente de Noemí (Rainero), Rolando (Cabral), desatará un momento de increíble tensión, de divertida incomodidad con Salvador (Capello). Es que Salvador es el antihéroe de este hogar a la vez que es el sostén económico, todos temen que diga algo que no deba aunque de su boca siempre salgan palabras que están teñidas de las mejores intenciones. Pero Salvador se cansará de esta situación, hará algo que cambiará la historia de esta familia y así será Rolando quien se transformará en el nuevo sostén, pilar económico. Veinte años después, la misma historia, Blanca y su vecina siguen charlando, sus hijos siguen viviendo en casa, aunque ahora, con sus nuevas criaturas y estamos a los albores de la boda de Rodolfo con Amalia (Pavetto y Urrere) y la vuelta de Salvador al hogar será el motivo que pondrá en jaque el “equilibrio” de este hogar.
Nunca estuviste tan adorable es una gran comedia dramática que tiene algunas composiciones actorales de un enorme nivel y situaciones teatrales que son imposibles de olvidar. Pricco devuelve a los escenarios un lenguaje teatral que nos da la posibilidad de creer que el realismo puede ser tan mágico y emocionante como cualquier otro, que los teatros se pueden llenar con historias (y los problemas que traen los teatros llenos) y que la poesía está frente a nosotros todos los días, en la cocina de nuestras casas, en las casas de nuestros abuelos o en el departamento de enfrente y que está en nosotros poder leera.
HISTORIA DEL TEATRO BRASILERO - (segunda parte...)

El teatro brasileiro surgió cuando Portugal comenzó a hacer de Brasil su colonia (Siglo XVI). Los Jesuitas, con el intento de catequizar a los indios, trajeron no solo la nueva religión - católica -, sino también una cultura diferente, en que se incluía la literatura y el teatro. Aliada a los rituales festivos y danzas indígenas, la primera forma de teatro que los brasileiros conocieron fue la de los portugueses, que tenía un carácter pedagógico basado en la Biblia. En esa época, el mayor responsable de la enseñanza del teatro, así como de la autoría de las obras, fue el Padre Anchieta.
En el siglo XVII, las representaciones de obras escritas por los Jesuitas - por lo menos aquellas con una clara finalidad de catequesis - fueron cada vez mas escasas. Este siglo fue un tiempo de crisis. Las teatralizaciones que se realizaron se inspiraban en las luchas de la época (como por ejemplo las luchas contra los holandeses) y dependían de ocasiones como fiestas religiosas o cívica para
su puesta en escena De las piezas estrenadas en la época, podemos destacar las comedias presentadas en los eventos de aclamación a D. João IV, en 1641, y las obras promovidas por los franciscanos del Convento de Santo Antonio, en Rio de Janeiro, con la finalidad de distraer a la comunidad. También se realizaron representaciones teatrales en las fiestas de instauración de la provincia franciscana de la Inmaculada Concepción, en 1678, en Rio.
Lo que se puede notar en este siglo es la repercusión del teatro español en este país, y la existencia de un nombre - ligado al teatro - para destacar: Manuel Botelho de Oliveira (Bahía, 1636-1711). El fue el primer poeta brasileiro en tener sus obras publicadas dos de ellas en español (Hay amigo para amigo e Amor, Engaños y Celos).
Fue solamente en la segunda mitad del siglo XVIII que las piezas teatrales pasaron a ser presentadas con una cierta frecuencia. Palcos (tablados) montados en plazas públicas eran los locales de las representaciones. Así como las iglesias y algunas veces el palacio de algún gobernante. En esa época, era fuerte la característica educacional del teatro por ello acabó por merecer ser presentada en locales fijos para las piezas: las lla
Luego de la creación de locales "de teatro" surgieron las primeras compañías teatrales. Los actores eran contratados para hacer un determinado número de presentaciones en las Casas de Opera, durante todo el año, o apenas por algunos meses.madas Casas de la Opera o Casas de la Comedia, que comenzaron a crearse en todo el país.
En el siglo XVIII e inicio del XIX, los actores eran personas de las clases más bajas, en su mayoría mulatos. Había un preconcepto contra la actividad, llegando inclusive a ser prohibida la participación de mujeres en los elencos. De esa forma, eran los propios hombres que representaban los papeles femeninos, pasando a ser llamados "travestis".
En cuanto al repertorio, se destaca la gran influencia extranjera en el teatro brasileiro de esa época. Dentro de los nombres mas citados estaban los de Molière, Voltaire, Maffei, Goldoni y Metastásio. A pesar de la mayor influe

ncia extranjera, algunos nombres nacionales también merecen ser recordados. Son ellos: Luís Alves Pinto, que escribió la comedia en verso Amor Mal Correspondido, Alexandre de Gusmão, que tradujo la comedia francesa O Marido Confundido, Claudio Manuel da Costa, que escribió O Parnaso Obsequioso y otros poemas representados en todo el país, e Inácio José de Alvarenga Peixoto, autor del drama Enéias no Lácio.
La llegada de la familia real para el Brasil, en 1808, trajo una serie de mejoras para el Brasil. Una de ellas fue para el teatro. D. João VI, en el decreto del 28 de mayo de 1810, reconocía la necesidad de la construcción de "teatros decentes". El decreto represento un estímulo para la inauguración de varios teatros. Las compañías teatrales, pasaron a trabajar en los teatros, trayendo com ellas un público cada vez mayor. La primera de ellas, realmente brasileira, estreno en 1833, en Niterói, dirigida por João Caetano, el drama O Príncipe Amante da Liberdade ou A Independência da Escócia.
La agitación que anticipo la Independencia del Brasil fue reflejada en el teatro. Las plateas eran muy agresivas, y aprovechaban las representaciones para promover manifestaciones, con gritos que exaltaban a la República. Eran los comienzos de la fundación del teatro -y de una vida - realmente nacional. A consecuencia del nacionalismo exacerbado del público, los actores extranjeros comenzaron a ser substituidos por nacionales. Al contrario de ese cuadro, el respeto tomaba cuenta del público cuando D.Pedro estaba presente en el teatro ( hecho que acontecía en épocas e lugares que Vivian condiciones "normales", esto es, donde y cuando no había este tipo de manifestaciones). En estas ocasiones, era mas interesante admirar a los espectadores - principalmente a las señoras ricamente vestidas - que a los actores. Además del lujo, se podía notar el prejuicio contra los negros, que no concurrían a los teatros. Los actores que eran casi todos mulatos, cubrían los rostros con maquillaje blanco y rosado.
HISTORIA DEL ARTE

RENACIMIENTO

Se aplica esta denominación a un movimiento intelectual y artístico que surgió en Italia en el siglo XIV y que se desarrolla plenamente en el XV extendiéndose por el resto de Europa. Se llama así porque se refiere a un resurgimiento de los valores y la estética del mundo clásico greco-latino tras siglos de barbarie. El conocimiento del pensamiento griego, sobre todo el neoplatonismo, y los descubrimientos de piezas artísticas auténticas juegan un papel decisivo. El reciente descubrimiento de la imprenta propicia la difusión de estas ideas. Hay un intento de fusionar el pensamiento antiguo y el cristiano y la cultura se fundamenta más que en la religión en el individuo
En el arte, especialmente arquitectura y escultura que aún ofrece modelos de la antigüedad, se va a caracterizar por una impresión general de plenitud y grandiosa armonía. En la pintura convergen dos modos artísticos, uno la tendencia al conocimiento de la naturaleza y otro que busca el ideal de la belleza. Existe un predominio de lo lineal. Las figuras, perfectamente perfiladas y uniformemente iluminadas, están armónicamente dispuestas, enmarcadas en escenarios arquitectónicos o suaves paisajes .

MANIERISMO
Término que ha tenido cierto sentido peyorativo y que surge de la definición que críticos del siglo XVII dan de los pintores que buscan la perfección a la "maniera" de los grandes maestros del Renacimiento.

Dando al término una acepción histórica, manierismo es el período artístico que va desde 1515 hasta 1610 en toda Europa. Se representan temas religiosos con lirismo y fervor, temas mitológicos, que permiten expresar mejor ciertos sentimientos propios de la época, y temas alegóricos que ejemplifican los hechos históricos. El arte manierista es cortesano, intelectual y teatral.

Se caracteriza, en su estado más puro, por composiciones en las que se rompe el equilibrio, líneas diagonales quebradas, espacios inestables, estilizamiento de los cuerpos, con cabezas pequeñas y extremidades desproporcionadas, que ocupan todo el cuadro y que contrastan con otras pequeñas figuras en la lejanía, audaces escorzos. Gusta la línea enroscada, los colores de tintas discordantes y efectos extraños de luz. Los paisajes son irreales.

 TECHO CAPILLA SIXTINA   AUTOR: MIGUEL ANGEL




 Eleazar- Mathan Autor:Miguel Angel
Fecha:1511-12
Museo:
Fecha:1511-12Museo: Capilla Sixtina (Roma)
Material:
Material: Fresco
  
 Estilo: Renacimiento Italiano




CRITICA DIARIO LA CAPITAL DE ROSARIO



LaCapital.com.ar

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Lunes 10 de septiembre de 2012
Domingo, 26 de agosto de 201201:00

La nostalgia por una lejana clase media

Los viernes en la sala de la comedia, se presenta la puesta rosarina “Nunca estuviste tan adorable”, dirigida por Aldo Pricco.

Por Ulises Moset
“¿Hace cuánto que no me das un beso?”. Una pregunta que Blanca le hizo a Salvador alguna tarde de 1955 vuelve a flotar en el aire en los primeros meses de la década del 70. Ella sólo recibe evasivas que logra aliviar con los regalos de un admirador anónimo.
   De algún modo, este orfanato de amor en un matrimonio de la más media de las clases sociales porteñas es el que organiza la trama de “Nunca estuviste tan adorable”, la obra basada en el biodrama de Javier Daulte, uno de los autores más consagrados de la última década. La trama de este pedazo de la historia de los Daulte guarda toda una relación con “Los martes, orquídeas”, la película de 1941 que consagró a una joven Mirtha Legrand.
   En Rosario se estrenó una versión local dirigida por Aldo Pricco en La Comedia. Sin orquídeas y con un marido abducido por su taller mecánico, Blanca (Mónica Alfonso) es la madre omnipresente de un sistema familiar en el que orbitan sus dos hijos jóvenes: Noemí (Puli Rainero) y Rodolfo (Leandro Urrere). Un universo donde destella su vecina Marta (Mirta Maurizi) y un tele blanco y negro, obsequio del misterioso admirador.
   Si bien Blanca es la señora del hogar, Alfonso compone a una mujer que transforma sus vacíos en ternura y que se quiebra inevitablemente ante la espectral figura de su esposo, desnudando su fragilidad de terciopelo. Con Marta se forma un dúo en el que Maurizi explota toda su comicidad y a la vez encarna los elementos más trágicos de la historia. Dos actrices formadas en el núcleo duro del realismo, que marcan un estilo de actuación que ya no abunda y que a la vez pueden jugar al payaso blanco y al Tony en los pasos de comedia.
   A la vez, las casi silenciosas apariciones de Salvador (Juan Carlos Capello) son los mojones que reducen la ansiedad de la verborragia femenina. No por autoritarismo ni dominancia, sino por la presencia escénica de un actor que viene a balancear el status imperante. La interpretación de Capello se potencia al conocer a Rolando Daulte (Juan Cabral), el “amigo” de Noemí en los códigos de los 50. En este encuentro vuelve a jugarse al dúo, en un diálogo de locos donde el timming está afinado por el oficio de Capello y el humor de Cabral.


   Luego, la historia salta a los primeros 70, con Noemí y Rolando tomando la posta de la descendencia familiar en la que nacería Javier Daulte. La pareja ha madurado, tal vez con un exceso de ceño fruncido, y ahora la ansiedad general está puesta en el casamiento de Rodolfo con Amalia (Fabiola Pavetto). Con actuaciones muy parejas, la obra se planta en un realismo que a veces puede caer en el riesgo de aplomarse en los sillones. La potencia de los 50 se desinfla un poco en los 70, pero parece que es lo que ese público estaba pidiendo en cada comentario a viva voz, en el festejo de cada chiste, en el furioso aplauso de pie.

ESTRENO NUNCA ESTUVISTE TAN ADORABLE-10/08/2012


Historias de familia con ribetes de pequeña tragedia

El director Aldo Prico concreta, frente a un atractivo elenco, una versión menso edulcorada del clásico de Javier Daulte "Nunca estuviste tan adorable", donde se analizan algunos de los pormenores constitutivos de la clase media argentina.
El desamparo o la sobreprotección, el amor que se confunde con el cariño o con el afecto, la mentira y el ocultamiento como mecanismos de defensa y cierta lógica de la repetición que, como en una tragedia, se instala en una familia de clase media en forma definitiva, son algunos de los recorridos que propone Nunca estuviste tan adorable, biodrama (drama escrito a partir de una biografía) escrito por el dramaturgo porteño Javier Daulte (Criminal, Bésame mucho, ¿Estás ahí?, Proyecto vestuarios) a partir de su propia familia, estrenado en 2004 (ver aparte), que bajo la dirección de Aldo Pricco desembarcó en La Comedia, donde el viernes próximo ofrecerá una segunda función.




En ciernes, se trata de un melodrama de pura cepa (en su lógica se descubren ribetes de la telenovela clásica), que retrata en dos momentos la vida de la familia del propio Daulte, entre los 50 y los 70, y desentraña cómo opera cierto enmascaramiento o dispositivo que del mismo modo que desdibuja y atrofia la figura paterna, engrandece la materna, al punto de que las mujeres de la historia son aquí las verdaderas protagonistas.

Son los años 50, el vestuario y la escenografía (gran trabajo de Hugo Salguero) así lo confirman; pero sobre todo lo confirman los discursos o problemáticas que se instalan en un primer plano. Blanca (Mónica Alfonso, quien de este modo regresó al teatro), una mujer que detesta y oculta la pobreza en la que nació, establece una serie de mecanismos tiránicos con sus hijos Noemí (Puli Rainero) y Rodolfo (Leandro Urrere), al tiempo que atomiza toda posibilidad de decisión y presencia de su marido, Salvador (Juan Carlos Capello), quien desanda sus días como 
           una sombra que recorre la casa y trabaja a destajo en su taller para mantener algunos de los gustos familiares.
Al mismo tiempo, Marta (Mirta Maurizi), amiga y vecina de Blanca que permanece en la casa con el objetivo de usar el teléfono, es la testigo del “desorden” que sustentan los vínculos de esta familia frente al paso de los años y de sus propios y tristes avatares personales.

Sumado a todo esto, la matriarca comienza a recibir una serie de regalos de un admirador “desconocido” que, al mismo tiempo que engrandecen su ego y su intriga (también la de su hija, una amiga de ésta que finalmente se sumará a la familia y su singular vecina), la ponen en jaque frente al particular entorno familiar que, a pesar de todo, acepta sus caprichos y contradicciones casi como si se tratase de una niña.
El salto en el tiempo permitirá ver los “resultados” que esa “disfuncionalidad” determina: el padre ya no está, su partida dejará paso a Rolando (gran desempeño de Juan Pablo Cabral), que de marido de Noemí se convertirá en la figura del “proveedor” de la familia para llenar el vacío que ha dejado el patriarca, al mismo tiempo que la vida los volverá a juntar a todos el día del casamiento de Rodolfo con Amalia (Fabiola Pavetto), donde la tragedia dejará de ser apenas una insinuación, como suele pasar en las obras de Chéjov.
La puesta se cimienta en algunos de los logros que acreditan los actores a la hora de dar morfología a sus personajes (algunos más ajustados que otros), en particular, en los desempeños de Mónica Alfonso y Mirta Maurizi, la primera dotando a Blanca de un mar de contradicciones que la definen, la segunda desde su propia imposibilidad de sostener un entorno que a cada paso la pone a prueba y desafía su inestabilidad emocional.

Pricco, lejos de la puesta de Daulte y de otras montadas en diferentes puntos del país, acidifica sabiamente este vínculo de las amigas-vecinas, lo juega hacia un costado menos colorido y más sinuoso, apelando a recursos del grotesco que tan bien puede abordar Maurizi frente al estilo de gran señora que puede sostener Alfonso en la piel de Blanca, que entre cambios de vestuario variados, rituales establecidos con sus hijos y demostraciones de afecto que pueden doler más que una trompada, dice con total impunidad frases que la definen, tales como “es de pobres decir tía a todo el mundo” o “nacer pobre es la peor desgracia”, momentos que pintan de cuerpo entero un modo de entender a la clase media-alta argentina que por entonces comenzaba a tomar forma.
Frente a estos aciertos, la puesta se sustenta, también, en un dispositivo escénico que manipulan los propios actores mediante apagones o sutiles cambios en la puesta de luces, que si bien por pasajes se complejiza en el devenir de las escenas, con el paso de las funciones se revelará como otro de los grandes logros de este trabajo que sale airoso frente a la enorme (e infrecuente) producción que implican una serie de cambios de vestuario, peinados y escenografía, para dar forma a las distintas épocas, del mismo modo que la puesta a punto del momento que remedan a los grandes musicales de Hollywood con los que sueñan las mujeres que componen esta familia.
En el contexto de una banda sonora que desempolva gemas tales como “Perfidia”, “No puedo quitar mis ojos de ti”, o clásicos cantados por el legendario Charles Aznavour, la puesta sirve también para desestimar esa vieja teoría que sostiene que todo tiempo pasado fue mejor. Gracias a que el director eligió correrse del camino edulcorado que prevalece en el original para dar paso a un melodrama más puro y realista, la versión pone de manifiesto cierto pensamiento patético imperante en la clase media de aquellos años, que veía con desgano y hasta con vergüenza algunos aspectos propios de su idiosincrasia puertas adentro de la casa, cuya trama familiar, lejos de aceptarse tal cual era, siempre veía en el afuera (de la casa, de la ciudad, del país) el sueño de una vida mejor, que, por muchos años, definió tristemente los destinos de la Argentina.
El autor y la obra
Nunca estuviste tan adorable fue un referente dentro del Proyecto Biodrama, creado por Vivi Tellas. La obra fue dirigida por Javier Daulte en 2004, contó con las actuaciones de, entre otros, Mirta Busnelli, María Onetto y Carlos Portaluppi, y obtuvo una respuesta notable de crítica y público, al punto que terminó en la calle Corrientes. Con esta obra, Daulte dio un paso hacia un teatro más comercial, aunque es los pocos creadores que ha sabido mantener una coherencia entre ética y estética, más allá de haber dirigido propuestas como “Baraka”, “Un dios salvaje” o “Lluvia”.